La Quema del Año Viejo — Transformación a través del fuego

En Ecuador, despedir el año implica fuego, simbolismos y comunidad. Uno de los rituales más icónicos es la Quema del Año Viejo, un acto ancestral cargado de intención y energía.
El protagonista es el monigote, un muñeco de cartón o aserrín que representa: • las alegrías vividas, • los retos superados, • las experiencias que ya cumplieron su ciclo, • y aquello que necesitamos dejar atrás.
A medianoche, se enciende. El fuego consume lo viejo para dejar espacio a lo nuevo.
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🔥 El Monigote: Un Símbolo de Transformación
Fabricado a mano o comprado en la calle, el monigote no es solo una figura: es una representación del año completo.
Al quemarlo, se simboliza: • liberación, • purificación, • renovación, • y renacer sin cargas.
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🔥 Saltar sobre el fuego: Un acto ancestral de valentía
Muchas personas saltan tres veces sobre las llamas del monigote.
Este gesto representa: • valentía • superación • renacimiento espiritual • intención de entrar ligeros al nuevo ciclo
Saltarlo es elevarse por encima de lo que se quema. Es una declaración simbólica: “Nada de lo viejo me arrastra. Comienzo de nuevo.”
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🔥 El poder del fuego en la cosmovisión ecuatoriana
El fuego es purificador y transformador. Quema lo denso, lo estancado, lo que ya no vibra contigo. Y al hacerlo, ilumina el camino hacia lo que viene.
La Quema del Año Viejo no solo marca el final de un año: marca el inicio de una versión más ligera, consciente y renovada de ti.
